¿Cómo Podemos Abordar en la Consulta la Histaminosis o Déficit de DAO con la Ayuda de la Genética?
18/10/24
✍🏼 Paula Bolivar
Qué es la histaminosis y qué síntomas produce
La histaminosis es la acumulación de una sustancia llamada histamina. La histamina se produce naturalmente en el cuerpo siendo liberada por nuestro sistema inmunológico. Está presente en unas células llamadas mastocitos en la piel y en el sistema respiratorio, actuando como neurotransmisor.
Tiene un papel imprescindible en diversas funciones del cuerpo, como por ejemplo en las reacciones alérgicas, la producción y secreción de jugos gástricos, la dilatación de los vasos sanguíneos y el ciclo del sueño y del apetito, entre otras.
La acumulación de histamina en sangre puede surgir a raíz de una sensibilidad a aquellos alimentos con unos niveles elevados de histamina o que estimulan la liberación de esta dando lugar a una serie de síntomas que puede presentar el paciente como migrañas, fatiga, insomnio, conjuntivitis, erupciones cutáneas, problemas digestivos, náuseas, palpitaciones etc. Sin embargo, hay casos en los que, independientemente de si los alimentos consumidos sean altos o bajos en histamina, hay una deficiencia de la enzima Diamino Oxidasa (DAO), que impide que se llegue a degradar adecuadamente la histamina. No nos referimos a la intolerancia a la histamina como una alergia tradicional ya que no está mediada por inmunoglobulinas. Se estima que la histaminosis afecta a entre el 1 y el 6% de la población mundial.
¿Cuáles son los genes que intervienen en el metabolismo de la histamina?
Existen pruebas de laboratorio que analizan la actividad enzimática de las enzimas encargadas de metabolizar la histamina. En este sentido, nuestro ADN tiene mucho que decir a este respecto, ya que ciertas variaciones genéticas se han asociado a un déficit en la producción y/o actividad de las enzimas que se ocupan de metabolizar la histamina. Dichas enzimas son las siguientes:
DAO (Diamino Oxidasa): Se encarga de degradar la histamina en el intestino.
HNMT (Histamina N-Metiltransferasa): se asocia con la inactivación de la histamina en ciertas células inmunes de los tejidos.
Por este motivo, el test genético de N·GENE analiza los siguientes genes:
Gen AOC1: que codifica la enzima DAO
Gen HNMT: que codifica la enzima HNMT
En total, se analizan 5 variantes genéticas en estos genes. Dependiendo de cuántos alelos de riesgo estén presentes, habrá una mayor o menor predisposición a sufrir intolerancia a la histamina. Esta información te da una idea de la capacidad de gestión que tiene esa persona respecto a la histamina. Sin embargo, es una predisposición. Por sí solas, estas variaciones genéticas no son suficientes para determinar la aparición o desarrollo de esta intolerancia, ya que los factores genéticos interaccionan con los ambientales de manera conjunta. Por este motivo, otros aspectos se han de tener en cuenta a la hora de abordar un caso en consulta, como por ejemplo, evaluar la dieta de esa persona para valorar su contenido en histamina. Sobre todo en personas con una genética predispuesta a la histaminosis.
¿Qué alimentos son altos en histamina?
Vegetales como las patatas, los frijoles, los tomates, la soja, el aguacate, el pimiento, las espinacas o la berenjena.
Trigo y derivados (pan, pizza, pasta, rebozados, etc.)
Condimentos como la canela o el vinagre.
Cítricos
Fresa, kiwi y piña
Frutos secos
Lácteos de vaca y derivados (leche, queso, yogurt, nata, mantequilla, flan, etc.)
Bebidas alcohólicas y fermentadas como el vino y la cerveza
Carne de cerdo o pescados azules: Aumenta su contenido con la degradación de estos.
Sin embargo, no solo los alimentos ricos en histamina pueden aumentar nuestros niveles endógenos, sino que también juega un papel la edad que tengamos, unos niveles altos de estrógenos, el consumo excesivo de alcohol, las alergias, o, como es muy habitual, la capacidad que tengamos para eliminar la histamina de nuestro organismo.
¿Qué alimentos recomendar a un paciente con intolerancia a la histamina?
Frutas: manzana, mango, melón, uvas, sandía, higos, frutos rojos.
Leche y derivados que no sean de vaca ni soja
Pescado blanco: merluza, bacalao, rape, lenguado, pulpo, calamar, sepia, trucha, dorada, rodaballo, lubina.
Quinoa, mijo y trigo sarraceno.
Vegetales: lechuga, rúcula, canónigos, col, coliflor, brócoli, ajo, cebolla, pepino, zanahoria, alcachofas, puerro, espárragos, remolacha, nabos, apio, judías.
Carne de ternera, conejo, pollo, pavo o cordero.
Miel o estevia (en caso necesario)
Yema de huevo
Suplementación con DAO
En casos de histaminosis, los estudios demuestran que aunque la suplementación de esta enzima no elimina por completo la sintomatología, sí proporciona una mejora en la calidad de vida. Por ejemplo, en el caso de la migraña, reduciendo el dolor e incluso eliminando el uso de analgésicos. En el caso de la urticaria, disminuyendo el uso de antihistamínicos.
En todos los estudios se ha concluido que el mayor beneficio se obtiene de la suplementación acompañada de una dieta baja en histamina.
¿Cómo puede ayudarnos N·GENE en la consulta de nutrición ?
La información que N·GENE nos proporciona, basada en las distintas predisposiciones genéticas, nos sirve para guiar al paciente en la consulta, y por lo tanto, proporcionarle unas pautas y/o tratamiento mucho más personalizado.
Nos permite:
Conocer al paciente
Validar o reforzar tus sospechas clínicas
Personalizar por completo la estrategia nutricional
Crear una mayor adherencia, lo que permite adquirir unos resultados mejores
Fidelizar a los pacientes, ya que ningún otro profesional de la salud tiene esa información ni conoce a ese paciente como tú